miércoles, 21 de octubre de 2009

Un señor en el parque

Hay un señor que pasea mientras yo como mis espaguetis sentada en un banco. El parque está húmedo y abandonado, nada de chicas en bikini sobre el césped, por fin se ha impuesto el otoño y puedo respirar frescor. El hombre pasa delante de mí, lleva vaqueros, camisa, gafas y mocasines azul marino; es delgado y anda despacio.

-Buen provecho -me dice.
-Gracias -respondo.

Me mira y yo bajo la vista casi avergonzada con la intimidad desecha, quedando expuesta a los ojos de cualquiera mientras como. Como si estuviera en un banco del parque.
El hombre no lleva nada para comer, ni el periódico ni un libro, tampoco tiene perro. Sigue caminando con los ojos clavados al suelo.
Algo más tarde lo vuelvo a ver. Está sentado el otro banco, a unos 20 metros del mío. No puedo ver sus manos, pero sé que están vacías. Mira al suelo, hacia la entrada del parque, saluda a alguna de las pocas personas que se pasean por lo caminos cuidados.
Se quita las gafas, se frota los ojos y sigue allí. Parece que no tiene nada que hacer o ningún sitio a donde volver. Parece que no tiene ningún motivo para regresar a casa.

4 comentarios:

  1. Puf, que bonito Mina... es terrible no tener ningun sitio al que poder volver o quizas simplemente sea una decision...

    (perdon, mi tecla de las tildes esta desconfigurada)

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  2. me encantan los detalles pero me impacta un poco lo de comer espaguetis en un parque, la verdad, yo pondria comida para llevar, quizas un crep...

    (la tecla de mis tildes me pilla lejos)

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  3. jajaja, si lo de comer espaguetis es un poco raro Amina, quien come espaguetis en el parque?

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  4. Mira, Layla, aprecio tu ironía, pero sabes perfectamente que yo como espaguetis en el parque. Eso y cuscus y lo que haga falta, porque es donde como al mediodía cuando tengo que trabajar... Sé que es triste, pero no me da tiempo a ir a casa ;)

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